Imaginen una escena bañada de un azul salvaje, el ocaso y silencio acompañado de cafeína y de historias alejadas de la música.
Hacía tiempo que no pasábamos una tarde así, desprendidos de los instrumentos y dedicados a desnudar nuestra intimidad sobre las migas de una sucia mesa en una vieja cafetería.
A veces esto es necesario, dejar de lado las pretensiones y abrirnos en canal. De ahí también salen historias, de nuestra fuerza o de nuestras debilidades.
Hasta en el momento mas rutinario hay algo que contar y a veces piensas también en lo que no se cuenta y abres los ojos y te sorprendes en un momento personal.
Sólo decir que empezamos a componer bajo esa escena una canción que creemos que nos va a quedar muy guapa.
Un abrazo amigos y amigas.